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Alimentación de aves de Jaula.

Publicada:27 de abril de 2022, 09:30 · Pájaros

Alimentación de aves de Jaula.

LA DIETA:

AGUA:

Al igual que en todos los organismos vivos, el agua es un elemento esencial para las aves; bajo ningún concepto deben quedar sin agua por espacio de más de dos horas.

Se ha demostrado que un canario fallece si está sin agua durante dos días.

Parece que los paseriformes están en condiciones de utilizar más eficazmente el agua obtenida de semillas y hojas, y por lo tanto pueden permanecer más tiempo sin suministro de este elemento; si no se quiere tener disgustos es preferible no poner a prueba esta capacidad.

Más de la mitad, en peso, del cuerpo de un ave corresponde a agua; los individuos adultos poseen menos necesidad hídrica que los jóvenes.

El agua puede considerarse el vehículo esencial de los alimentos en el sistema digestivo.

Se utiliza también para humedecer las semillas en el buche y facilitar la digestión enzimática.

Una parte importante de la sangre es agua (plasma y suero), al igual que la linfa.

El agua regula la temperatura corporal.

J.P. Holsheimer afirma lo siguiente: "Las aves carecen de glándulas sudoríparas, y esto las diferencia de los Mamíferos. Liberan el exceso de calor corporal a través de los pulmones y los sacos aéreos. El exceso de calor se expulsa por los pulmones mediante una respiración forzada (que puede indicar falta de oxígeno). Las Aves levantan y mueven las plumas para liberarse del calor depositado en el plumajes, procedente de los sacos aéreos y de la piel". " Prácticamente todos los tipos de alimento contienen agua. El agua se produce también, junto con el anhídrido carbónico, al generar el cuerpo calor a través de la combustión interna de los elementos proteínicos, grasas e hidratos de carbono. El animal está en condiciones de aprovechar parte del agua contenida en el alimento, pero simultáneamente necesita otros suministros hídricos que debe obtener a través de la bebida. Cuanto más elevado sea el porcentaje de agua en un alimento, menor es su valor nutritivo" (Holsheimer J.P. 1980, p. 55).

Estos datos demuestran claramente que las aves deben poder disponer de agua abundante durante todo el año, incluso durante la época fría.

No hay que suministrarles jamás agua caliente, ya que se corre el riesgo de que el animal la utilice para el baño, con lo que las plumas, incluidas las del ala, podrían helarse y deteriorarse rápidamente.

Para evitar que en invierno el agua pueda helarse, es recomendable añadir tres cucharadas soperas de glucosa en medio litro de agua (glucosa enriquecida con vitaminas se venden en Glu Glu Pet); la glucosa no sólo impide que el agua congele, sino que a la vez supone un reconstituyente óptimo para las aves.

Se pueden comprar también bebederos dotados de termostato y elemento calefactor incorporado, que en determinadas circunstancias son especialmente útiles.

ALIMENTACIÓN:

Las mezclas de semillas las aves granívoras deben de disponer de una rica variedad.

Estos animales no sólo consumen semillas sino que también se alimentan a base de hortalizas.

Para todas las especies tropicales y subtropicales son muy importantes en la dieta las distintas variedades de semillas de mijo: La Plata, mijo rojo y mijo blanco, entre otras.

Los granívoros como los cardenales y periquitos, prefieren alimentarse a base de alpiste (Phalaris canariensis), además del mijo.

El alpiste se conoce a veces con el nombre de "semillas de canario", pero debe distinguirse entre este nombre y las mezclas adecuadas para canarios, de las que existen diversas marcas y composiciones.

En Glu Glu Pet tenemos estas:

La verdadera semilla de canario, o alpiste, está compuesta por varias semillas.

En general, las aves prefieren las llamadas semillas para canarios de Marruecos, que poseen un elevado valor nutritivo (14% de proteínas, 5% de grasas, 50% de hidratos de carbono y 2 & de minerales).

Hay que tener en cuenta que esta composición no se utiliza sólo como alimento para canarios, como se deduce claramente del hecho de que interviene en todas las mezclas que se mencionan, realmente este alimento es apreciado por numerosas especies de aves.

Es mejor separar el mijo de semillas grandes del mijo de pequeñas en dos comedores, automáticos.

A las aves se les suministran también otros tipos de comida, pero los citados son sin duda los principales.

Para mantener a los animales totalmente sanos y activos, es indispensable una buena alimentación.

Es necesario suministrar a los animales en cautividad, junto con la dieta a base de semillas, proteínas y otros integrantes, como gusanos blancos, pupas de hormigas, polillas de la harina, moscas, arañas, coleópteros, áfidos (son fáciles de localizar en rosales y hiedras). residuos, pan seco mojado en leche, y huesos de sepia.

Habrá que completar esta dieta con verduras y hortalizas, fruta, bayas y pequeñas piedras y arena.

Una observación interesante: pueden administrarse también las semillas que habitualmente se encuentran en los prados.

Semillas de cardo silvestre ( que gustan mucho a los cardenales y también a numerosas especies de cantoras tropicales), y especialmente semillas de cariofiláceas.

Por doquier es posible recolectar abundantemente semillas excelentes y muy nutritivas que crecen en los campos.

Es recomendable comprar las semillas a un vendedor de confianza, para que estas semillas sean de óptima calidad, ya que si las semillas llevan mucho tiempo en conservación pierden parte de su valor nutritivo.

Una ración de mezcla de semillas para canarios puede tener la siguiente composición:

  • Alpiste (o semillas de canario) 60 g
  • Granos rotos de avena 45 g 50% de almidón.
  • Distintos tipos de mijo 45 g
  • Semillas de colza y nabo 60 g
  • Níger 30 g
  • Sésamo 15 g
  • Semillas de lino 15 g 50% de contenido aceitoso.
  • Semillas de llantén 7,5 g
  • Semillas de cáñamo 7,5 g

Golosinas para canarios:

  • 5% de semillas de adormidera azul 20 % de níger.
  • 5% de semillas de prado 10 % de semillas de lechuga blanca.
  • 5% de semillas de cáñamo 20% de semillas de lechuga negra.
  • 5% de semillas de adormidera blanca 20% de semillas de sésamo (Sesamum indícum).
  • 10% de semillas de cardo silvestre.

Mezcla de semillas para aves indígenas europeas y adecuada también para un grupo mixto de granívoros en pajarera:

  • Alpiste 150 g
  • Mijo (La Plata, rojo o blanco) 30 g 75% de almidón.
  • Granos rotos de avena 45 g
  • Semillas de colza 15 g
  • Semillas de nabo 15 g
  • Níger 25 g
  • Semillas de sésamo 9 g 25 % contenido aceitoso.
  • Semillas de lino 9 g
  • Semillas de cáñamo 3 g

Mezcla de semillas para pequeños fringílidos:

  • 55% de panizo de Senegal 0,5% de semillas de sésamo.
  • 15 % de panizo 0,5% de semillas de adormidera.
  • 15% de mijo (White Pearl) 0,5 % de semillas de llantén.
  • 10% de alpiste 0,5% de níger.
  • 3% de avena descascarillada.

Mezcla de semillas para aves tropicales de mayor tamaño:

  • 40% de alpiste.
  • 30% de mijo (White Pearl).
  • 15% de mijo japonés.
  • 10% de panizo
  • 5% de avena descascarillada.

Mezcla de semillas para periquitos, inseparables y loritos:

  • 60-70% de mijo japonés. mijo La Plata, mijo rojo y mijo blanco.
  • 20-25% de alpiste (semillas de canario).
  • 10-15% de avena entera y avena descascarillada.

Mezcla de semillas para pericos grandes y papagayos:

  • 23-35% de alpiste.
  • 10-15% de avena completa y descascarillada.
  • 10-20% de mijo, White Pearl. mijo japonés, etc.
  • 30-40% de semillas de girasol.

La composición de una semilla: Además de agua, los elementos que intervienen en su composición son: grasas, hidratos de carbono, proteínas y minerales.

Las grasas son especialmente importantes durante los meses invernales, pues ayudan a los animales a mantenerse calientes.

Son también útiles en los restantes meses del año, ya que aportan la energía para el vuelo, la locomoción y otras actividades.

Esto puede aplicarse también en gran parte de los hidratos de carbono: proporcionan energía después de su digestión, en cierto sentido, "combustionan" dentro del cuerpo.

Las proteínas son fundamentales para el crecimiento, para la formación de los tejidos y para prevenir la degeneración celular.

Los minerales son especialmente necesarios para los individuos jóvenes, ya que contribuyen a formar un esqueleto resistente y proporcionan a la sangre, glándulas e intestinos los materiales que ayudarán a su funcionamiento.

Las semillas que poseen una proporción más adecuada de estos elementos son: semillas para canarios (alpiste), mijo de grano grande y pequeño, semillas de girasol ( especialmente para los papagayos grandes y periquitos), semillas de cáñamo, semillas de lino, cebada y trigo (preferiblemente rotas).

Es recomendable disponer siempre en casa de abundante cantidad de semillas y otros alimentos.

Hay que tener una reserva de emergencia para casos imprevistos.

Sin embargo, hay que evitar conservar las semillas mucho tiempo, puesto que deben ser frescas., es necesario renovar la reserva.

¿Por qué hay que emplear variedad de semillas?

Las aves necesitan una gran variedad de alimento para desarrollarse y conservar sano su cuerpo.

Los alimentos deben ser ricos en proteínas, grasas e hidratos de carbono, además de los minerales, que son muy importantes.

Calcio, potasio, sodio, magnesio, fósforo, azufre, hierro, flúor y cloro se cuentan entre los elementos esenciales para la formación y mantenimiento de todos los organismos animales.

Potasio, sodio, calcio y hierro, entre otros, sirven como prevención frente a determinados parásitos.

El sodio favorece la liberación del anhídrido carbónico producido por la combustión de los alimentos, junto con el cloro forma el cloruro sódico, que está presente en los líquidos circulantes (sangre y linfa).

Calcio y magnesio son esenciales para la formación de los huesos y de determinados tejidos, además, sin el calcio no puede formarse sangre sana.

El hierro y el magnesio presentes en la sangre ayudan a fijar en los pulmones el oxígeno del aire, creando las condiciones adecuadas para una buena circulación.

El azufre, promueve un buen crecimiento de las plumas, mientras que el cloro (presente en el cloruro sódico o sal común de cocina) favorece la construcción de los tejidos.

Las semillas más importantes para conseguir una dieta equilibrada son, entre otras, las semillas de nabo, alpiste, de cáñamo, granos rotos de avena, mijo, semillas de lechuga, semillas de lino, semillas de adormidera y níger.

Las semillas de nabo es preferible ponerlas en un comedero aparte, a fin de que pueda controlarse la cantidad consumida por las aves.

Las restantes semillas pueden presentarse mezcladas, siempre que se tengan en cuenta las proporciones dadas en la tabla anterior.

Si se quiere obtener una mezcla de semillas básicas que sea apropiada para cualquier especie de ave, hay que seguir la siguiente receta: seis partes de avena rota, dos partes de semillas de nabo, una parte de semillas de mijo, una parte de níger y una parte de cáñamo.

Es difícil aportar una proporción justa de semillas de lino. Estas actúan prácticamente como un buen laxante en la mayoría de especies, pero a muchas de ellas no les gustan y por lo tanto ponerlas en la mezcla es perder el tiempo.

La misma regla vale también para el mijo (White Pearl).

Los canarios lo rechazan, pero a las especies exóticas les gusta.

Todas las semillas que come un animal son utilizados por los distintos órganos internos.

Cada exceso sobrecarga al organismo y disminuye su eficiencia.

Se producen una serie de fermentaciones en los intestinos, especialmente en presencia de un exceso de proteínas.

Entre otros posibles problemas por esta vía pueden producirse algunos venenos que intoxican la sangre, con efectos negativos sobre las condiciones del organismo y su funcionalidad.

Si se examina la cuestión desde el punto de vista biológico, se comprueba que las proteínas se transforman en azúcares a nivel del hígado. Esta conversión produce a la vez urea, que es tóxica, la urea es filtrada y retirada por los riñones.

En caso de sobrealimentación, los órganos no consiguen realizar adecuadamente sus funciones. Se produce con ello un exceso de materiales de rechazo y no absorbidos, que buscan su vía de salida a través de la sangre.

El resultado final, es la intoxicación. Por suerte, la naturaleza es sabia, y los animales siguen las instrucciones de su instinto. Comen únicamente lo necesario para su salud y seleccionan realmente los alimentos que les son necesarios. La única función del avicultor es que la cantidad de la comida sea la adecuada.

Es importante tener un adecuado conocimiento del uso de las distintas semillas y de la importancia de una dieta equilibrada,

A este fin se comenta seguidamente con más detalle las principales semillas:

Semillas de Nabo (Brassica rapa):

Las semillas de nabo son unas de las más importantes que forman parte de las mezclas para canarios.

Su contenido en grasas mantiene a los animales en forma y salud adecuadas.

Esto también es de aplicación a las especies exóticas.

Las semillas de nabo contribuyen además a la belleza de las plumas y hacen que la garganta sea más elástica y suave.

Es prácticamente imposible mantener a una ave cantora, con un canto melodioso, sin que las semillas de nabo estén presentes en su dieta.

La alimentación con semillas de nabo presenta algunos problemas, ya que si no se conservan en un lugar seco se deterioran con rapidez y su valor nutritivo se anula.

Aproximadamente, la composición de las semillas de nabo es la siguiente:

  • 12 % de agua.
  • 3,7% de proteínas.
  • 80 % de grasas e hidratos de carbono.
  • y el resto de minerales.

Las semillas de nabo, para que sean buenas, deben tener el sabor de nueces; en caso contrario, no deben emplearse.

Los avicultores dedicados a la cría de canarios hablan a menudo en verano de semillas de nabo dulce, que pueden confundirse fácilmente con semillas de colza.

Ambas semillas no pueden distinguirse por el color, ya que normalmente las semillas de colza se enjuagan y toman el mismo color que las semillas de nabo dulce estival.

Un experto holandés. A. Bartels, ha escrito: "Al ser observadas al microscopio, las semillas de nabo tienen una estructura diferente de las de colza, pero esta diferencia no es perceptible a simple vista.

La prueba más segura para distinguir las semillas de nabo es el gusto; deben presentar un ligero sabor a nueces sin ser amargas. Las semillas de colza, que es también ligeramente más grasa, carece de este sabor".

A pesar de que las semillas de nabo ocupen los primeros lugares en importancia en relación con la dieta de las aves cantoras, se da la circunstancia extraña de que los animales las consumen en menor cantidad que las restantes semillas; ello es positivo, ya que si los animales consumieran estas semillas en exceso engordarían demasiado.

Es recomendable colocar las semillas de nabo en un comedero aparte, ya que de este modo los animales podrán regular fácilmente su consumo.

Este método reduce también el derroche, ya que si se suministran las semillas de nabo mezcladas con otras semillas en este preciso momento los animales no sienten un particular deseo de consumirlas, rechazarán toda la comida.

Alimentación de aves de Jaula. - Imagen 1

Alpiste o semillas de canario (Phalaris canariensis):

El ingrediente fundamental de una mezcla de semillas lo constituyen las semillas de canario, conocidas también con el nombre de alpiste o con la designación común de comida para pájaros.

Son semillas de color amarillo, brillantes y apuntadas.

La proporción en la que estas semillas deben intervenir en la mezcla ya se ha comentado anteriormente.

Las semillas de alpiste contienen mucho almidón, y la experiencia enseña que un exceso en este componente tiene una incidencia negativa en el canto de los pájaros.

Algunos avicultores dan la mayor importancia a este componente, porque piensan que es el responsable de la belleza de color y de la forma de los animales, y por ello se las proporcionan en abundancia.

El alpiste contiene aproximadamente:

  • 14% de agua.
  • 3,5% de minerales.
  • 11% de proteínas.
  • 51% de hidratos de carbono.
  • 1% de materias grasas.

Las semillas de alpiste se encuentran en el comercio en dos formas principales: alpiste de Marruecos, variedad de granos grandes, y turco, con los granos pequeños.

Estas semillas proceden de una planta de carácter anual que florece en el período comprendido entre junio y otoño.

Alimentación de aves de Jaula. - Imagen 2

Semillas de Cáñamo (Cannabis sativa):

Cuando estas semillas alcanzan la madurez presentan granos de color blanco: si los granos son verdes significa que la semilla no está madura.

El cáñamo posee un involucro externo duro que sólo pueden romper los animales adultos.

Es preferible suministrar estas semillas trituradas, aunque no del todo, ya que las semillas trituradas se estropean rápidamente y son perjudiciales para los animales.

El cáñamo contiene aproximadamente:

  • 12,5% de agua.
  • 4,5% de minerales.
  • 12,2% de proteínas.
  • 16,6% de hidratos de carbono.
  • 30,2% de grasas.

Estas semillas resultan especialmente útiles para superar el invierno a hembras que viven en ambientes fríos, ya que mejoran su resistencia.

En estos casos pueden suministrarse cantidades superiores a las habituales sin que se produzcan daños.

Las semillas sirven también para ayudar a un animal debilitado a recuperar su condición óptima.

Las semillas de cáñamo tienden a provocar un efecto astringente, por lo que debe procurarse que los animales las consuman a la vez que verduras y hortalizas.

Estas semillas proceden de una planta de carácter anual que florece entre julio y agosto.

Actualmente, en numerosos países el cultivo de esta planta es ilegal, por sus connotaciones con el consumo de droga.

Alimentación de aves de Jaula. - Imagen 3

Semillas de avena rota ( Avena sativa):

Las semillas de avena son de color amarillo claro y se comercializan en forma de semillas enteras o de semillas rotas.

Son de fácil digestión y estimulan el metabolismo de modo satisfactorio.

Generalmente se venden en la forma rota, pero el autor, Vriends Mathew M. recomienda que en invierno se suministren enteras a los animales ya que esto les obliga a romper el cariópside con el pico, lo que es un elemento vigorizador del organismo.

Los granos de avena rotos contienen aproximadamente:

  • 14 % de agua.
  • 3,3% de minerales.
  • 8,9% de proteínas.
  • 4,5 % de hidratos de carbono.
  • 3,2& de materias grasas.

La planta florece en julio y agosto.

Alimentación de aves de Jaula. - Imagen 4

Semillas de lechuga (Lactuca sp.):

Estas semillas son relativamente caras.

Poseen un ligero efecto laxante en el intestino y una favorable incidencia en el colorido del plumaje, por lo que se convierte en un alimento de primera calidad.

Su composición está formada aproximadamente:

  • 93,3% de agua.
  • 1% de minerales.
  • 1,4% de proteínas.
  • 2,2% de hidratos de carbono.
  • 0,3% de materias grasas.

La lechuga florece entre junio y octubre.

Alimentación de aves de Jaula. - Imagen 5

Semillas de lino (Linum usitatissimum):

Las semillas de lino se reconocen fácilmente por sus granos planos y oscuros.

Algunos autores sostienen que ayudan a la muda, especialmente en el caso de los canarios, pero con unas pocas excepciones estas semillas no son consumidas por las aves.

Contienen:

  • 12,3% de agua.
  • 3,4% de minerales.
  • 17,2% de proteínas.
  • 18,9% de hidratos de carbono.
  • 35,2% de materias grasas.

Estas semillas proceden de una planta anual, el lino, que florece entre junio y octubre.

Alimentación de aves de Jaula. - Imagen 6

Semillas de adormidera (Papaver somniferum):

Existen dos variedades distintas de adormidera: la azul (que es la preferida por las aves) y la blanca.

Sus semillas favorecen la retención del agua, por lo que son útiles cuando se detecta que los animales eliminan unos excrementos excesivamente líquidos.

Algunos autores sostienen que la proporción de semillas de adormidera en la mezcla no debe ser elevada, y suelen seguir la recomendación de utilizar dos partes de adormidera en lugar de cuatro.

La temperatura corporal de las aves es muy alta, alrededor de 41º C, a causa de su elevado metabolismo.

El metabolismo se estimula ligeramente el efecto de estos alimentos aumentando la proporción de semillas de adormidera. Muchos especialistas en dietética están de acuerdo en que este proceder mejora las funciones del organismo.

Las semillas de adormidera contienen:

  • 14,7% de agua.
  • 5,3% de minerales.
  • 14,7% de proteínas.
  • 15,3% de hidratos de carbono.
  • 39% de materias grasas.

La adormidera florece entre junio y agosto.

Su cultivo está prohibido en muchos países.

Alimentación de aves de Jaula. - Imagen 7

Semillas de Níger (Guizotia abyssinica):

Estas semillas parecen bastoncillos negros y brillantes.

Las aves, en especial los canarios, las consumen gustosamente.

Contiene:

  • 18% de proteínas.
  • 16% de hidratos de carbono.
  • 43% de materias grasas.

Estas semillas proceden de una planta del género Guizotia y se importan de África oriental.

Alimentación de aves de Jaula. - Imagen 8

Semillas de Girasol (Helianthus annuus):

Estas semillas son de color blanco con rayas negras.

Contienen:

  • 15% de albúmina.
  • Minerales.
  • Vitamina E.

Se obtienen de la planta de girasol, que florece entre julio y octubre.

Junto al mijo, las citadas son las semillas más importantes para formar una buena mezcla.

Contienen todos los elementos básicos para garantizar a las aves un adecuado desarrollo y mantenimiento.

Alimentación de aves de Jaula. - Imagen 9

Insectos como Alimento:

Numerosas especies de aves se alimentan de insectos, y entre ellas cabe incluir a los "insectívoros", así denominados para distinguirlos de los granívoros.

Se sabe que los insectívoros consumen regularmente distintos tipos de materiales no digeribles, que posteriormente regurgitan en forma de pelotillas.

Este material no digerible estimula la producción de jugos gástricos, pero no es aprovechado.

Para estimular la formación de las regurgitaciones, hay que suministrar a las aves pequeñas plumas desmenuzadas, preferiblemente dos veces a la semana.

Si se observa que los animales regurgitan, no hay que preocuparse, pues se trata de un fenómeno absolutamente natural.

Para la alimentación de los insectívoros se venden en Glu Glu Pet, buenos productos, adecuados a todas las aves insectívoras, incluidos los pájaros de anteojos, el gorrión del Japón, distintas especies de cardenales, mirlo de Shama, etc.

La gran ventaja de estos alimentos es que contienen una mezcla de diversas especies de insectos desecados.

Se encuentra también en Glu Glu Pet comida adecuada para animales de pico pequeño y comida para animales de pico grande, como minaes, tordos y afines.

Junto con las comidas de este tipo hay que suministrar necesariamente a los animales alimentos vivos.

La variedad en la alimentación es un aspecto importante a tener en cuenta para la salud de las aves.

Puede probarse también el suministro de corazón de buey, que debe macerarse, y servirse cocido o crudo, aunque en pequeñas cantidades, mezclado con trozos de galleta o salvado.

Pueden añadirse también a la mezcla lombrices, camarones, coleópteros y orugas ligeramente machacados.

Cada suministro debe hacerse en pequeñas cantidades, y repetirse dos veces al día.

Antes de servirlo, hay que humedecer los bocaditos con zumo de zanahoria o manzana rallada, o bien con agua (aunque es preferible utilizar zumo de zanahoria).

Hay que tener presente que la mezcla jamás debe remojarse en exceso, sino únicamente humedecerla.

Esto también es aplicable a los productos que se venden en Glu Glu Pet,: en caso de remojo, éste debe ser superficial.

Durante el verano es preferible suministrar pequeñas cantidades varias veces al día.

Gusanos Blancos (Enchytraes):

Los individuos iniciales pueden obtenerse buscando debajo de trozos de madera podrida o debajo del mantillo de hojas del suelo.

Se trata de gusanos pequeños, finos y blancos, fáciles de cultivar.

Para ello basta un cajón de unos 35x35x25 cm, que se llena de humus y hojas en descomposición.

El material no debe comprimirse en exceso, sino que hay que mantenerlo suelto y ligeramente húmedo aunque nunca seco del todo.

Con el uso de una pequeña azada se abre un orificio en el centro, de un diámetro de unos 15 cm.

En el fondo se coloca un poco de pan blanco remojado y se pone encima la colonia de gusanos.

A continuación se cubre la caja con un cristal que cierre herméticamente, y después se coloca un periódico encima a fin de que la zona de cría quede oscura.

Hay que controlar regularmente el suelo para que no se seque y comprobar que los gusanos tengan suficiente alimento.

Al cabo de unas semanas se podrán recolectar gusanos a voluntad; una vez lavados en agua corriente constituyen uno de los mejores manjares que pueden ofrecerse a las aves de jaula y pajarera.

Es muy útil disponer de este tipo de material durante la época de reproducción de las aves, cuando alimentan a las crías.

La temperatura óptima para una buena cría de gusanos deben situarse alrededor de 12º C.

Larvas de dípteros:

El cultivo de estas larvas resulta muy poco atractivo, y pocos avicultores están dispuestos a realizarlo.

Pero si se quiere intentar, basta con disponer de un lugar al aire libre en el que pueda dejarse un trozo de carne.

La carne atraerá a las moscas, que depositarán en ella los huevos.

Al cabo de unos días, hay que retirar el trozo de carne y colocarla en un recipiente metálico con una cubierta que pueda cerrarse herméticamente.

Días después se podrá recoger una gran cantidad de larvas.

Existe otro método para la obtención de este tipo de larvas, más sencillo y limpio.

Basta con llenar un recipiente con patatas hervidas y leche, y dejarla al aire libre sin cubrir; transcurridos algunos días, se cubre el recipiente y se obtendrá una buena cantidad de larvas.

Éstas requieren algunas operaciones previas antes de su suministro a las aves.

Hay que limpiarlas bajo un chorro fuerte de agua corriente al menos durante quince minutos, ya que así se limpia a las larvas de su contenido estomacal.

Toman un color blanco y sólo entonces están en condiciones de ser suministradas a las aves.

Gusanos de la harina (En venta en Glu Glu Pet):

Este material debe estar disponible todo el año, especialmente al comenzar el período reproductor.

No deben suministrarse en excesiva cantidad, ya que de lo contrario los animales engordan, se vuelven más torpes e incluso se incapacitan para la incubación.

Para obtener gusanos de la harina hay que utilizar un cajón de 50x25x25 cm, con tres orificios de unos 3 cm de diámetro en cada lado, colocando alguna red que impida eventuales huidas.

Estos orificios deben hacerse a unos 2 cm del fondo del cajón, que debe cubrirse herméticamente, a fin de evitar huidas y malo olores.

Pueden hacerse también algunos agujeros para ventilación en la cubierta (que pueden superar los 3 cm de diámetro) y colocar una red en la parte interior, al igual que en el caso de los agujeros laterales.

Cuando el recipiente está disponible, se coloca en el suelo una capa de paja triturada de unos 5 mm de espesor, cubriéndola con un trapo viejo y disponiendo sucesivas capas hasta alcanzar una altura de unos 3 cm del borde del cajón.

Finalmente se cubre todo con un trozo de tela y una lámina de cartón grueso.

Por encima de las capas se coloca alimento, por ejemplo pan blanco humedecido, trozos de fruta y verdura, etc. Una vez todo completamente lleno, hay que asegurarse de que el cierre está bien fijo.

Se requieren varios gusanos adultos ( que pueden adquirirse en Glu Glu Pet), para iniciar el proceso de reproducción.

La recogida de los nuevos gusanos debe realizarse una vez por semana, y se localizan sobre el cartón o los trapos.

Antes de alimentar a las aves con estos gusanos, es necesario lavarlos bajo agua corriente.

Si se dispone de aves grandes y pequeñas, es recomendable cortar la cabeza a los gusanos, ya que de lo contrario puede ocurrir que un gusano vivo se desplace por el buche del animal en alimentación, lo que puede ser perjudicial.

Numerosas especies de aves insectívoras desmenuzan a los gusanos antes de ingerirlos, o bien los tragan con rapidez.

La parte exterior de los gusanos, la cutícula, es rechazada.

Pupas de hormigas:

Ningún avicultor consciente privará a sus animales de "huevos de hormigas", como suelen denominarse erróneamente las pupas de las mismas.

Pueden localizarse en los hormigueros y también debajo de las piedras, debajo de la corteza de los árboles (en el lado expuesto al sol), en el suelo y en otros muchos lugares.

La especie de hormiga común que vive en los prados (Tetramonium caespitum) guarda la reserva de larvas muy cerca de la superficie, por lo que las pupas pueden descubrirse con facilidad; sólo debe recolectarse la cantidad necesaria para alimentar a un número reducido de aves y para un solo suministro.

Si se requiere una cantidad mayor deben tomarse las pupas de los hormigueros de la hormiga roja del bosque (Formica rufa), o de otras especies del mismo tamaño, que producen pupas más grandes y también en mayor cantidad.

Si se trabaja de forma adecuada, un único hormiguero será suficiente para suministrar todas las larvas necesarias durante varios años.

Hay que estudiar la estructura del hormiguero para llevar a descubrir la posición de los almacenes, y con gran precaución deben retirarse las ramitas, las acículas de pino y otros materiales hasta alcanzar la cámara en la que se encuentren las pupas (hay que utilizar guantes y proteger las aberturas de las mangas, además de un calzado apropiado).

Se debe desplegar un trozo de tela junto al nido, y doblar los cuatro ángulos hacía adentro hasta conseguir el espacio adecuado en el que colocar la pupas.

Hay que tener en cuenta que las pupas mueren rápidamente si son expuestas al sol.

Las hormigas advierten esto, y si ven que las larvas quedan en el centro de la tela expuesta al sol, intentarán trasladarlas a un sitio en la sombra cercano, que será los pliegues de la ropa del recolector.

Las propias hormigas se encargarán de separar las pupas de los detritus y de colocarlas en los pliegues de la tela preparada.

Es posible que al doblar la tela se recojan también algunas hormigas, pero no hay que preocuparse.

Al llegar a casa basta con abrir la tapadera del recipiente de las pupas y colocarlo en la pajarera.

Las hormigas tratarán de huir y serán rápidamente capturadas por las aves.

Puede también mantenerse una reserva de pupas en el frigorífico, después de haber servido a las aves la golosina de un plato de huevos de hormigas.

Hay que tener presente que el truco para lograr separar las hormigas de las larvas depende del sol, por lo que la recolección debe hacerse necesariamente en los días soleados.

No es recomendable agotar por completo un hormiguero.

Si el nido queda demasiado destruido o la población muy disminuida, puede echarse a perder la reserva.

Si se almacenan las pupas, pierden todo su valor nutritivo.

Puede contribuirse a la reparación del daño restituyendo en el lugar todo el material del nido, y haciéndolo con orden, colocándolo al borde del agujero abierto.

Al cabo de tres o cuatro días las hormigas habrán reparado el agujero, y en el interior del nido las cosas volverán al orden<, no quedará señal alguna de la incursión realizada.

En cualquier caso, es recomendable producir los menos trastornos posibles al hormiguero.

Cualquier avicultor, como amante de la naturaleza, procurará deteriorarlo lo menos posible.

De esta forma, la colonia de hormigas puede mantenerse en el tiempo y convertirse en un buen suministro de alimento para las aves durante muchos años.

Lombrices:

Las lombrices sólo excavan aquellos suelos en los que se han añadido abonos químicos y sustancias similares, ya que mantienen una cierta cantidad de tierra en el cuerpo.

El ave que coma una lombriz puede quedar envenenada por el contenido en tierra de ésta.

Ello puede resultar fatal y como mínimo crear algunos problemas, por ejemplo la aparición de una cierta fragilidad en los huevos o la existencia de una membrana muy dura en el huevo, dos factores que necesariamente limitan el éxito reproductor.

Al excavar el suelo en busca de lombrices, basta con clavar la azada en el suelo y las lombrices saldrán rápidamente fuera; sólo hay que recogerlas.

El autor no es muy partidario del uso de lombrices, ya que pueden actuar como hospedante intermediario, (como portador) de los gusanos de la tráquea.

Otros avicultores han obtenido buenos resultados con el uso de lombrices; es decisión del cuidador su eventual utilización.

Crustáceos:

Existen bastantes especies de aves a las que les gusta consumir crustáceos, y con algo de práctica es posible descubrir qué habitantes de la pajarera son favorables a esta comida.

El problema es que la contaminación hace cada vez más difícil obtener agua limpia.

Existen todavía estanques, riachuelos, pantanos y lagos en los que abundan la pulga de agua (Daphnia) y otras especies pequeñas de crustáceos.

Estos animales son un alimento excelente para bastantes especies de aves, especialmente aquellas que tienen colores rojos en el plumaje, para las que su consumo es fundamental.

El efecto positivo del consumo de crustáceos para el mantenimiento del color rojo del plumaje se demostró hace algunos años, cuando un grupo de ibises sólo desarrollaron este color en el plumaje al ser puestos en un estanque con una población abundante de pulgas de agua.

También los pulgones de la hiedra y del rosal (entre otros) producen el mismo efecto, y es recomendable proporcionar de vez en cuando a nuestras aves una ramita llena de pulgones. Las aves lo agradecerán.

Capturar pequeños crustáceos puede usarse un pequeño colador con red de nilón muy fina y pasarlo repetidas veces por la superficie del agua.

Masón al huevo o comida de cría:

Los avicultores expertos saben que no todas las marcas de masón o pastón al huevo son iguales en relación con la calidad.

A menudo se necesita algún tiempo hasta encontrar el tipo que satisface las necesidades y la salud de nuestros animales.

A veces las aves no están bien hasta encontrar la comida apropiada, e incluso entonces el criador no tiene la plena seguridad de haber encontrado el mejor alimento.

Muchos aficionados desconocen la composición de los masones, dado que casi en un noventa por ciento la misma no figura en el envase.

Con la experiencia se podrá saber rápidamente si el valor nutritivo de los distintos ingredientes es el adecuado y si su composición tiene una influencia favorable sobre la salud de los animales.

Los principiantes adquieren a veces gran cantidad de un alimento preparado desconocido.

Al cabo de algunos meses sus animales comienzan a desganarse y a engordar, permanecen somnolientos, y en poco tiempo son incapaces de incubar, de cantar, de volar bien e incluso de andar.

La razón hay que buscarla en que la comida consumida contiene demasiadas vitaminas o demasiados minerales, y que en cualquier caso no responde a una dieta equilibrada.

También es verdad que existen comidas preparadas de excelente calidad, y que pueden utilizarse sin problema en el alimento de los animales.

Tales productores poseen una larga experiencia que garantiza con absoluta seguridad la preparación de una comida de primerísima calidad.

Los avicultores expertos suelen preparar ellos mismo el masón al huevo: si esta operación se realiza adecuadamente, no habrá ningún problema.

Cuando el valor nutritivo alcanza valores demasiado altos, se suministra a las aves un exceso de vitaminas, hidratos de carbono, grasas y minerales.

Es más fácil que los individuos, jóvenes o adultos, mueran a causa del consumo de una comida demasiado concentrada que por exposición al frío.

Hay que insistir en este punto: no hay que tener prisa para llegar a preparar uno mismo la comida de sus animales y no hay que hacerlo nunca antes de conocer su exacta composición: cuando se adquiere en Glu Glu Pet, hay que elegir siempre una marca conocida que pueda ofrecer garantías en este sentido.

Otro peligro de las comidas de preparación casera es que se estropean rápidamente, sobre todo en verano, momento en el que precisamente es más necesario este tipo de comida.

Cada año fallecen numerosas aves a causa de trastornos intestinales producidos por un error en el almacenamiento, al ingerir alimentos estropeados y llenos de bacterias perjudiciales.

En general el masón al huevo preparado en casa suele resultar más caro que los productos en Glu Glu Pet, que a la vez ofrecen mayor seguridad durante un período más largo de conservación.

La preparación casera de las comidas exige un gran trabajo y requiere disponer de espacio en el frigorífico a fin de evitar que se estropeen con rapidez.

Una receta para masón al huevo:

Para todos aquellos aficionados que pretendan desafiar las dificultades mencionadas, se incluye una receta que para Vriends, Mathew M. ha demostrado ser satisfactoria al cabo de varios años de uso.

Tomar un huevo, batirlo y hacer una tortilla con la mínima cantidad de mantequilla o aceite. Tomar a continuación cuatro rebanadas de bizcocho y desmenuzarlas.

Cortar después la tortilla en pedazos pequeñísimos y mezclarla con los trozos de bizcocho.

Finalmente, añadir a la masa de zanahoria y manzana ralladas finamente (en caso de necesidad puede utilizarse una pera, pero es mejor la manzana).

Procurar que todo quede bien mezclado, preferiblemente mediante una batidora eléctrica.

Añadir después el zumo de media naranja y 25-30 g de semillas de cáñamo finamente machacadas (utilizando un rodillo) y algo de semillas de lechuga y de adormidera.

Conviene recordar que esta mezcla no resiste el calor y que hay que mantenerla en el interior del frigorífico.

Cada vez hay que suministrar una pequeña cantidad, y la parte que las aves no consuman antes de dormirse debe ser retirada.

Arena o guijarros:

Arena a base de conchas finamente trituradas se encuentra en Glu Glu Pet; existen también distintas marcas, pero es preferible elegir una conocida.

Hay que suministrarla diariamente a los animales, ya que realiza una función importante en la digestión de las semillas.

A las aves mantenidas en jaulas se les puede suministrar arena de conchas y arena de río; la arena de acuario, lavada, es muy adecuada para ese uso.

Vriends, Mathew M. prefiere la arena a base de conchas de ostra, que se vende en cajas metálicas o sacos de plástico.

Si los animales están instalados en una pajarera en la que puedan picotear los granos de tierra del suelo, una vez removida, tendrán a su disposición lo necesario para la digestión de las semillas en el estómago.

No es aconsejable suministrar arena de playa o de dunas, ya que posee un excesivo contenido salino y hace que las aves beban continuamente, lo que a su vez puede provocar trastornos y otros inconvenientes.

Caliza:

Las aves deben tomar diariamente una cierta cantidad de caliza.

Requieren también una ración diaria de hueso de sepia (la concha interna), que es fácil de adquirir.

Tanto en el caso de que el hueso se encuentre en una playa o proceda de su compra en Glu Glu Pet, conviene lavarlo durante varios días en agua limpia, cambiándola dos o tres veces al día, hay que evitar que el hueso no esté demasiado salado.

Otra fuente adecuada de caliza es la utilización de fosfato cálcico desmenuzado.

La caliza debe suministrarse fundamentalmente durante el período de incubación y de muda.

En las llamadas "mudas juveniles" (en el caso de los canarios), la caliza constituye un elemento básico.

Por "muda juvenil" se entiende la época en la que los jóvenes ejemplares pierden el plumaje aunque conservan las plumas de las alas y de la cola.

En la mayoría de casos, si el alimento y el ambiente son los adecuados, este tipo de muda no plantea ningún problema especial.

Minerales:

El desarrollo de un metabolismo adecuado requiere el suministro de materiales inorgánicos en forma de minerales.

Éstos son necesarios para el desarrollo normal del esqueleto, para la sustitución y crecimiento de los tejidos, para la regulación de la presión osmótica sanguínea y para el equilibrio del pH de los fluidos circulantes, para el transporte del oxígeno, para la producción de glóbulos rojos y para las restantes funciones corporales.

La falta de minerales es por consiguiente muy peligrosa, ya que puede provocar todo tipo de enfermedades carenciales.

Calcio:

Entre otras funciones, el calcio es necesario para el desarrollo y mantenimiento de los huesos (esqueleto), para la coagulación de la sangre y para un funcionamiento adecuado del corazón y de los nervios; sirve también para la formación del cascarón del huevo.

El calcio (Ca), junto con otras fuentes, se encuentra en los huesos de sepia, en el fosfato cálcico y en el yeso.

Fósforo:

El fósforo (P), junto con el calcio, es un elemento esencial para la formación de los huesos.

Existen fosfatos de origen animal, vegetal o mineral.

Se recomienda el suministro de fosfato cálcico juntamente con las verduras y proteínas animales.

Sodio y cloro:

El sodio (Na), entre otros factores, es muy importante en el desarrollo del esqueleto y para la regulación de la acidez o basicidad de la sangre (pH).

El Cloro (Cl) se encuentra, junto con el sodio, en la sal común de cocina.

Estos minerales son útiles, aunque no deben suministrarse en cantidades excesivas incorporados a la dieta de las aves.

Potasio:

Este elemento también es importante en la formación de los huesos y en el equilibrio del pH en los líquidos internos del cuerpo.

Las pérdidas intensas de líquidos corporales, como ocurre en el caso de las diarreas, pueden ocasionar una fuerte carencia de potasio (K) que compromete el crecimiento, especialmente en el caso de los individuos jóvenes.

Una serie de productos lácteos (como fragmentos de queso o pan remojado en leche) y la fruta proporcionan la suficiente cantidad de potasio para las necesidades de las aves.

Magnesio:

Este elemento es importante en el metabolismo de los hidratos de carbono.

Está presente en los huesos , tejidos y en la cáscara de los huevos.

La falta de magnesio (Mg) impide el crecimiento, con el resultado de que el plumaje se hace escaso y mediocre; puede producir también convulsiones.

El trigo y las nueces contienen una alta concentración de magnesio.

Hierro:

Este mineral es importante en la producción de la hemoglobina (pigmento rojo sanguíneo) y en una elevada cantidad de enzimas.

Una cantidad excesiva de hierro altera el crecimiento de los huesos, ya que interfiere con la utilización de la vitamina D.

Las legumbres y la clara de huevo (y por tanto el masón al huevo y los distintos tipos de comida preparada para la cría) contienen abundancia de hierro.

Zinc:

Forma parte de la composición molecular de algunas enzimas y las activa.

Tiene también una función en la formación de los huesos y de la cáscara de huevo.

Las aves necesitan zinc (Zn) durante las primeras fases del desarrollo y del crecimiento.

La carencia de este metal provoca un desarrollo mediocre y una disminución en la pigmentación del plumaje.

Está presente en los integradores vitamínicos o minerales más adecuados.

Cobre:

Es básico para la producción de la sangre.

Activa la absorción del hierro a nivel intestinal y tiene un papel importante en la producción de la hemoglobina.

La falta de cobre (Cu) produce anemia y con ello una decoloración de las plumas.

Está presente en numerosos preparados alimentarios para aves.

Azufre:

Este mineral probablemente no posea gran importancia en la dieta de las aves.

El azufre (S) está presente en los productos lácteos y en la carne; también lo está en la fruta, aunque en menor proporción.

Yodo:

Una falta de yodo (I) se puede presentar si el agua consumida por los animales presenta un bajo contenido en este elemento.

Produce problemas en la tiroides, causando trastornos respiratorios e incluso vómitos.

Los periquitos y tórtolas, son sensibles a estos problemas.

Las semillas carecen de yodo, por lo que es recomendable añadir algo de aceite de hígado de bacalao mezclado con las mismas semillas.

Manganeso:

Este elemento es de la mayor importancia en la formación de las plumas y en otros aspectos del crecimiento de los individuos jóvenes.

Juega también un papel importante en la producción de enzimas.

La acción del manganeso se inhibe a causa de un exceso en la absorción de calcio y fósforo, cuyo resultado es una mayor fragilidad en la cáscara de los huevos, y por lo tanto en su interior el embrión se desarrolla con mayor lentitud.

La fruta y la verdura, en especia las bayas, son ricas en manganeso (Mn).

Grasas, proteínas e hidratos de carbono:

Las grasas e hidratos de carbono cumplen una función parecida, que es la de proporcionar las calorías necesarias necesarias para que el cuerpo disponga de la energía y del calor precisos.

Estos compuestos son portadores de vitaminas A,D y E.

En invierno, las aves deben recibir en su dieta una mayor cantidad de grasa como medida precautoria, y ya que las grasas necesitan más tiempo que los hidratos de carbono para su completa digestión, es preciso que estén disponibles diariamente.

Se venden pelotillas especiales de grasa para aquellos animales que hibernan al aire libre.

Si el frío es intenso, los animales se alimentan de estos compuestos.

Las grasas están también presentes en:

  • 32,2% semillas de cáñamo.
  • 40,8% semillas de lino.
  • 32,5% semillas de niger.
  • 40,2% semillas de nabo.
  • 5% de mijo.
  • 5% de alpiste.

Las proteínas son compuestos esenciales para la formación y mantenimiento del cuerpo, y también para el suministro de calor y energía.

En este sentido conviene recordar que el huevo de las aves está formado casi exclusivamente de proteínas.

Las proteínas son necesarias en los músculos, en la sangre, en las plumas y en la piel.

Todo el organismo requiere la presencia de proteínas, a excepción de los huesos.

Aproximadamente las proteínas deben conformar el 12% de la dieta de las aves, con un porcentaje considerablemente mayor en el caso de individuos jóvenes.

La composición química de las proteínas está formada por:

  • 53% carbono.
  • 16% hidrógeno.
  • 22% oxígeno.
  • 7% nitrógeno.
  • 2% azufre.

Las proteínas pueden contener asimismo pequeñas cantidades de fósforo, hierro, cobre, zinc y manganeso.

Su riqueza en determinados aminoácidos que son absorbidos a través de la sangre es variable.

Las aves deben poder disponer diariamente de masón al huevo, verduras, gusanos y otros animales (insectos) para poder contar con la cantidad adecuada de proteínas.

La salud de los insectívoros depende en gran medidas de las proteínas.

Los hidratos de carbono, son moléculas químicas más o menos complejas formados por carbono, hidrógeno y oxígeno.

Entre los hidratos de carbono más conocidos e importantes se encuentra la glucosa, que se produce en la fotosíntesis de las plantas.

Los hidratos de carbono pueden presentarse, entre otras formas, como fúcar o almidón.

El almidón de las semillas no puede absorberse directamente por el organismo, sino que en una primera fase debe reducirse a moléculas más sencillas.

Este proceso se realiza con ayuda de la ptialina, que es una enzima presente en la saliva, y también a través de otras enzimas producidas por el páncreas.

El almidón así digerido es absorbido por la sangre a nivel intestinal y transportado con ella hasta los tejidos, en los que tien lugar la combustión celular con la siguiente producción de calor y de energía.

Un exceso de almidón en el organismo conduce a una acumulación de grasa, especialmente en el casos e que el cuerpo no queme o consuma todos los hidratos de carbono acompañantes, por falta de actividad.

Un exceso de hidratos de carbono en forma de azúcar se almacena a nivel del hígado y a partir de éste se transfiere a los distintos órganos del organismo que lo necesitan.

Para obtener un consumo adecuado de hidratos de carbono es necesario que las aves se muevan adecuadamente y tengan una actividad normal; ésta es la razón que hace aconsejable que los avicultores mantengan las aves en jaulas y pajareras grandes.

De este modo los animales pueden moverse libremente y quemar adecuadamente todas las reservas en hidratos de carbono.

No todos los hidratos de carbono son digeribles por las aves.

Un ejemplo de hidrato de carbono difícilmente digerible es la callosa, que es el principal componente de las paredes celulares de los vegetales; otro ejemplo es la quinina, componente en este caso del exoesqueleto de los insectos.

A pesar de que la celulosa está formada por las mismas unidades básicas que el almidón, es prácticamente eliminada sin modificación por la mayoría de las especies de aves que no están en condiciones de digerirla.

Dado que en las aves la producción de calor depende en gran medida de los hidratos de carbono, estos componentes deben ser abundantes en su dieta.

Los hidratos de carbono abundan en las semillas, los frutos, las verduras y en las proteínas animales.

Algunas de las semillas que forman parte de la dieta de las aves tienen la siguiente composición en hidratos de carbono:

  • 15,8% semillas de cáñamo.
  • 17,4% de semillas de lino.
  • 60,4% de mijo.
  • 17% de semillas de niger.
  • 10,4% semillas de nabo.
  • 50,8% de alpiste.

La mayoría de las enfermedades de las aves domésticas están causadas por carencias alimentarias, que conducen a un debilitamiento general del organismo, que a su vez permite el desarrollo de otras enfermedades no exactamente carenciales.

Ciertamente, muy pocos animales en cautividad no reciben suficiente alimento.

El problema es otro: el alimento que se les da no es el apropiado.

Todos los alimentos deben estar equilibrados y contener hidratos de carbono, grasas, minerales, vitaminas y agua.

No todas las fuentes de alimento contienen todos y cada uno de estos componentes, o bien no los contienen en la cantidad adecuada.

Esta es la razón por la que aconsejamos una dieta variada, de mezcla, que contenga una cierta diversidad de semillas, ya que todas ellas en conjunto aportan las cantidades necesarias de los distintos componentes fundamentales.

Este proceder puede ser complejo en los casos de avicultores que posean una colección versada de animales que incluya granívoros, insectívoros y frugívoros.

Para superar esta dificultad es absolutamente necesario que el aficionado tenga conocimientos suficientes para aportar una nutrición apropiada y moderna a todas y cada una de las especies.

Las vitaminas:

El concepto de enfermedad causada por carencias vitamínicas se inicia con los trabajo de G. Grijins y C. Eyckman, quienes descubrieron que el arroz no descascarillado contenía una sustancia que protegía a la población frente al beriberi.

Esta sustancia protectora desconocida se denominó vitamina (Vitamina B).

Una serie de estudios posteriores permitieron ofrecer un conjunto de datos sumamente interesantes.

Cuando Hopkins alimentó a ratones jóvenes con caseína, sales y azúcares, los animales lograban sobrevivir pero no crecían.

Al añadir grasas (leche, yema de huevo o mantequilla), el crecimiento fue normal.

De ahí dedujo que las grasas contenían una sustancia que impulsaba el crecimiento y que resultaba fundamental para el organismo.

Más tarde se dio a esta sustancia el nombre de Vitamina A.

Posteriormente se descubrieron diversas vitaminas, que fueron designadas mediante una letra.

A la vez se estableció la composición química de las vitaminas, de modo que en la actualidad muchas de ellas se producen sintéticamente.

En muchos casos, las vitaminas han recibido una denominación científica que indica su composición; la vitamina C se conoce también con el nombre de ácido ascórbico.

Una serie de estudios posteriores establecieron que numerosas vitaminas que hasta entonces habían sido consideradas como sustancias singulares están formadas en realidad por varios componentes.

Un buen ejemplo lo constituye la vitamina B, que es un complejo formado por no menos de doce sustancias: las vitaminas B1, B2, B6 y B12, son las más conocidas.

En este caso se habla de las vitaminas del grupo B.

Las vitaminas están formadas por varios elementos:

  • carbono (C).
  • Hidrógeno (H).
  • Oxígeno (O).
  • Nitrógeno (N).
  • Azufre (S).
  • Fósforo (P).

El único metal presente en la vitamina B12, es el cobalto (Co).

La función más importante de las vitaminas es la de proteger las células del cuerpo y permitir la funcionalidad de los distintos órganos.

Las vitaminas se clasifican en liposolubles (solubles en grasa) e hidrosolubles (solubles en agua).

Las vitaminas A, D, E, y K son liposolubles y se encuentran también en las sustancias grasas.

Los hombres y los animales en general son capaces de almacenar las vitaminas, que no pueden eliminarse a través de la orina.

Las vitaminas B1, B2, B6 y B12, junto con la biotina, colina, ácido cólico, ácido nicotínico, ácido pantoténico y Vitamina C son hidrosolubles.

El organismo no puede retenerlas y deben suministrarse permanentemente con el alimento: todo exceso se elimina a través de la orina.

La avitaminosis se produce cuando hay carencia de una o varias vitaminas.

La hipervitaminosis es la situación en la que se da un exceso de una o varias vitaminas.

La hipovitaminosis se produce cuando una o varias vitaminas.

La hipovitaminosis se produce cuando una o varias vitaminas no se suministran en cantidad suficiente.

Ninguna de estas tres situaciones es deseable, y por ello hay que procurar evitarlas.

Vitamina A:

La mejor manera de suministrar esta vitamina es a través de un aditivo vitamínico (al igual que con otras vitaminas).

Una carencia de vitamina A en las aves puede diagnosticarse, entre otros síntomas, mediante el examen del epitelio (la capa más superficial de la piel), comprobando si se descasa al primer roce.

La membrana mucosa, la garganta, el esófago, los conductos aéreos y los conductos excretares pueden verse afectados por esta carencia.

Si se observa el interior de la boca se detectarán manchas blancas que se extienden hasta el buche: este síntoma es especialmente manifiesto en los pichones.

Los riñones son incapaces de eliminar todo el ácido úrico, favoreciendo la aparición de la gota.

Disminuye asimismo la resistencia a las infecciones.

En ambos sexos la capacidad reproductora queda claramente reducida.

Los individuos jóvenes, o crecen poco o se mueren.

Hay que suministrar las vitaminas A/D en forma de gotas junto con las semillas, pero procurando no sobrepasar la dosis que podría causar la decoloración del plumaje.

La vitamina A se encuentra de forma natural en la leche, especialmente durante el período de reproducción.

Ello evitará muchos problemas.

También es recomendable ofrecer pan mojado con leche a las nuevas adquisiciones, con ello se curan rápidamente las infecciones oculares, entre otras enfermedades carenciales.

La vitamina A está también presente en el aceite de hígado de bacalao, y el caroteno (sustancia química componente de la vitamina A), está asimismo en los brotes de maíz, centeno, trigo, perejil, zanahorias, coles de Bruselas, nabos, etc.

Vitamina B1:

La falta de Vitamina B1, (Tiamina) altera el metabolismo de los hidratos de carbono.

Esta vitamina es especialmente importante para la funcionalidad de músculos y nervios.

Los síntomas de su carencia se manifiestan a través de una debilidad en patas y cola, la producción de excrementos viscosos y, en poco tiempo, flojera en las alas.

Si se sospecha una carencia de verduras y brotes de semillas.

Vitamina B2:

Denominada también lactoflavina, roboflavina y vitamina G.

Sólo se necesita una pequeña proporción, 0,0035 mg por kg de comida.

Es especialmente importante en el caso de individuos jóvenes.

Está presente en los brotes de semillas, en la leche y en muchas de las semillas empleadas en las dietas de las aves.

Si se aporta una dieta normal, no debe producirse ninguna carencia de esta vitamina.

Vitamina B3:

Denominada también ácido patogénico es absolutamente imprescindible para el normal desarrollo de la piel y en los procesos reproductivos.

Esta vitamina está presente en las verduras, en los brotes de semillas, en el aceite de hígado de bacalao, en los cereales y en numerosas semillas para aves.

En caso de carencia se desarrollan un plumaje escaso y enmarañado, calvicie, inflamaciones oculares, patas toscas y costras en los ángulos del pico.

Vitamina B6:

Se denomina también vitamina P o ácido nicotínico y se encuentra tanto en productos vegetales como animales.

Resulta fundamental para el metabolismo de los hidratos de carbono y de los ácidos grasos.

Influye también en el desarrollo del plumaje.

Se protege sencillamente a las aves de la carencia de esta vitamina mediante el suministro de verduras.

Vitamina B6 y B12:

La vitamina B6 (piridoxina) regula el metabolismo del sistema nervioso y del hígado.

Es importante también en los procesos de crecimiento.

Se encuentra en todas las especies de cereales, en la levadura y en el salvado.

La vitamina B12 (ácido fólico) evita las anemias.

Se encuentra también en los cereales, verduras y levaduras.

Las aves que carecen de esta vitamina tienen calambres en las piernas, se fatigan rápidamente y permanecen acurrucadas en el suelo, agotadas.

Vitamina B12:

Conocida también con el nombre de cobalamina o cianocobalamina, es muy importante para ele establecimiento de un metabolismo correcto y para el crecimiento.

La flora intestinal, el conjunto de bacterias que se desarrollan en el intestino y que son imprescindibles para conseguir una correcta digestión, necesitan de la vitamina B12, para funcionar correctamente.

Esta vitamina está presente en los excrementos de las aves, y ésta es la razón por la que estás picotean sus propios excrementos o los de otras aves.

También los individuos jóvenes y los progenitores durante la incubación consumen excrementos con frecuencia.

La vitamina B12 contiene un metal, el cobalto (Co).

Está presente también en algunos antibióticos como penicilina, aureomicina, estreptomicina y terramicina.

Puede suministrarse en forma de polvos, mezclada con el alimento normal.

No debe suministrarse una dosis excesiva, ya que podría perjudicarse la flora intestinal.

El exceso podría originar también una reducción en la fertilidad a causa de la disminución en la absorción de la vitamina E, vitamina antiestéril.

Vitamina C:

La mayoría de los animales pueden sintetizar autónomamente esta vitamina, porque no es fácil que se dé una carencia si las aves están bien mantenidas, alimentadas y cuidadas.

Las verduras y la fruta ayudan a asegurar un suministro adecuado.

Investigadores recientes han demostrado que los bulbules de orejas rojas no pueden sintetizar la vitamina C, por lo que necesariamente ha de incluirse en la dieta.

Vitamina D:

En realidad se trata de un complejo vitamínico, del tipo del de la vitamina B.

Se sintetiza cuando el cuerpo queda expuesto a los rayos solares.

Está presente también en la leche y en el aceite de hígado de bacalao.

Los animales no sintetizan directamente la vitamina D, sino que sólo son capaces de convertir una provitamina en vitamina D gracias a la acción de las radiaciones ultravioletas del sol.

Prácticamente todas las especies de aves posean una glándula que produce una sustancia con la que engrasan las plumas.

Esta sustancia contiene la provitamina que puede convertirse en vitamina D por las radiaciones ultravioletas del sol y que posteriormente es absorbida por la piel.

Es importante que las grandes aves de presa coman a su víctima "completa" con la piel y plumas, pues de este modo introducen la vitamina D en su cuerpo.

De ahí que a las águilas y otras especies carnívoras hay que proporcionarles aves muertas con plumas y piel.

La conversión de la provitamina en vitamina D requiere la exposición a los rayos solares, razón por la cual las pajareras deben situarse en lugares soleados.

La carencia de vitamina D ocasiona el raquitismo, cuyos principales síntomas son que los huevos se producen son cáscara.

Las aves crecen poco y parecen atontadas, con parálisis, malformaciones óseas y otros problemas.

Puede suministrarse la vitamina D añadiendo aceite de hígado de bacalao a la mezcla de semillas y proporcionando también fosfato cálcico, verduras y leche (preferiblemente en forma de pan mojado en leche).

Vitamina E:

Esta vitamina es importante para la fertilidad de los animales, para el crecimiento y el metabolismo.

Puede suministrarse con el aceite procedente de los brotes de trigo, especialmente en el caso de aquellas especies con nidadas muy numerosas, como es el caso de codornices, mandarines y gorriones del Japón.

Bibliografía:

  • Vriends Mathew M. (1988). Guía de Aves de jaula. Ediciones Grijalbo, Barcelona, pp. 67-85.
  • Holsheimer J.P. (1980). Voeding van Vogels, Thieme, Zutphen, Países Bajos.

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