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Agapornis o lovebirds, los pájaros del amor.

Publicada:19 de enero de 2022, 09:30 · Pájaros

Agapornis o lovebirds, los pájaros del amor.

Estos pájaros de gran colorido esconden muchas curiosidades que quizás desconozcas. ¿Sabías que no son tan fieles como parecen?

Aunque la pareja que eligen es para toda la vida, se reproducen con otros agapornis.

El agapornis es un ave exótica de la familia de los loros procedente de las zonas tropicales africanas.

Habita en la África subsahariana, Tanzania, Kenya y Madagascar y puede llegar a vivir entre 10 y 15 años.

Su nombre proviene del griego y significa pájaro del amor (ágape - amor; ornis - pájaro), calificación derivada de su monogamia y de los fuertes vínculos que establece con su pareja.

Por ese mismo motivo es conocido también como el inseparable o lovebird.

Se trata de un loro pequeño con plumas de gran colorido, cuerpo sólido y con una medida de entre 13 y 16 centímetros de altura según la especie.

Tiene un fuerte pico y mucha versatilidad en las patas, que utiliza tanto para caminar como para alimentarse.

Su cola es corta y redondeada y el plumaje muy colorido, predominando el verde y el rojo o anaranjado, aunque hay muchas mutaciones entre las que se pueden encontrar ejemplares azules, violetas o grises.

Es imposible distinguir a primera vista si un agapornis es macho o hembra, ya que sólo presentan dimorfismo sexual 3 especies:

  • Taranta.
  • Cana.
  • Pullarius, mientras que para conocer el sexo de las restantes es necesario un análisis veterinario o una prueba de ADN.

Agapornis o lovebirds, los pájaros del amor. - Imagen 1

CURIOSIDADES SOBRE EL AGAPORNIS:

  • A diferencia de la vista de los perros, el agapornis tiene una visión monocular, puede ver desde cada ojo de manera independiente sin necesidad de usar ambos ojos para una vista completa. Además, su vista es muy buena a pesar de lo pequeñito que es.
  • No le gusta la soledad, por lo que él siempre será más feliz si vive con una pareja de su misma especie.
  • Cuando observes que el agapornis no deja de moverse, emite sonidos sin cesar, se peina el plumaje seguido y observa con curiosidad todo lo que hay a su alrededor, es muy buena señal. Significa que está alegre, contento y de muy buen humor.
    En cambio, si ves que no interactúa, no es sociable y no se mueve como siempre, significa que está triste.
  • Lo que más le gusta a un agapornis es estar acurrucado a su pareja.
  • No le gusta que le acaricien en el lomo, las plumas o las patas, es mejor hacerlo en la cabeza (la zona adecuada).
  • Disfruta con el acicalado de su cabeza y cuello.
  • Aunque sean los pájaros del amor, no son del todo fieles a su pareja ya que pueden reproducirse con otros agapornis y luego volver con su pareja.

CÓMO SE PUEDE CONSEGUIR LA CONFIANZA DE UN AGAPORNIS:


Muchos verán vídeos en Internet dónde los dueños llevan tranquilamente a sus agapornis del hombro o en su mano.

Esto no es algo que se consiga de la noche a la mañana.

Requiere de mucho tiempo de trabajo y paciencia para que el ave coja confianza con su dueño.

Al principio lo mejor es mantener un poco las distancias.

El ave al estar encerrado en una jaula, sin tener nada de libertad, se sentirá un poco triste.

Además, se encontrará en un ambiente que no conoce, lo que lo pondrá un poco nervioso. De modo que, durante los primeros días hay que evitar tocarlo o intentar cogerlo a toda costa.

Pasados un par de días es cuando hay que empezar a intentar ganarse la confianza del ave.

Para ello lo mejor es que la jaula esté situada en una sala dónde se haga bastante vida social, como un salón o un comedor.

Poco a poco hay que acercarse a la jaula y pronunciar su nombre, para que se vaya acostumbrando a la palabra.

Pero si se nota que el animal evita el contacto lo mejor es dejarlo estar.

Poco a poco el animal se irá acercando al dueño a reconocerlo.

Pero aún no estará listo para dejarse tocar.

Llegará un momento en el que el animal no se asustará al ver a su dueño acercarse a la jaula.

En ese caso hay que intentar empezar a darle comida directamente de la mano, manteniendo la cama en todo momento.

Al principio el animal puede que dude en acercarse, pero poco a poco lo hará.

Quizás no se consiga a la primera, pero lo acabará haciendo.

Cuando ya se consiga que coma sus “snacks” de la mano, es el momento de empezar a intentar que el agapornis se suba al dedo. Para ello hay que tocar ligeramente su abdomen, dándole un ligero empujón para animarlo a subirse.

Es posible que se baje enseguida, por lo que en ese momento hay que dejarlo estar y volver a probarlo al día siguiente.

Al poco tiempo se acostumbrará a subirse al dedo, y entonces será el momento de sacarlo de la jaula con sumo cuidado.

Es importante que la habitación esté cerrada, pues no es extraño que el ave intente salir a explorar lo que le rodea.

Agapornis o lovebirds, los pájaros del amor. - Imagen 2

ES ACONSEJABLE DEJAR QUE EL AGAPORNIS SALGA DE SU JAULA:


Al igual que con los periquitos, no existe problema en dejar que el agapornis salga de la jaula para divertirse volando por la casa. Pero esto solo hay que hacerlo cuando el ave ha ganado algo de confianza con su dueño y con el resto de personas que hay en la casa.

Se le puede dejar volar por la casa, pero siempre y cuando estén todas las ventanas cerradas, aunque al principio lo más recomendable es cerrar la puerta de la habitación en la que se encuentre la jaula para evitar problemas.

Cuando el ave se canse de explorar, él mismo volverá a su jaula.

Y si no lo hace, basta con ponerle un poco de sus snacks favoritos para que lo haga.

No hay que preocuparse porque se dé golpes con los muebles, puesto que esto es habitual cuando no conoce la estancia en la que se encuentra.

Agapornis o lovebirds, los pájaros del amor. - Imagen 3

TIPOS DE AGAPORNIS:


Cinco de sus miembros se destacan por construir su nido en las ramas de los árboles, en lugar de anidar en cavidades como la mayoría de los psittaciformes.

No obstante podemos encontrar 9 especies diferentes de agapornis:

  • Agapornis personata, Agapornis personatus o inseparable cabecinegro
  • Agapornis lilianae o inseparable del Nyasa.
  • Agapornis nigrigenis o inseparable cachetón.
  • Agapornis swinderniana o inseparable acollarado.
  • Agapornis de Fischer, Agapornis fischeri o inseparable de Fischer.
  • Agapornis canus o inseparable malgache.
  • Agapornis pullarius o inseparable carirrojo.
  • Agapornis taranta o inseparable abisinio.
  • Agapornis roseicollis o inseparable de Namibia.

Agapornis o lovebirds, los pájaros del amor. - Imagen 4

CÓMO CANTAN LOS AGAPORNIS:


Tienen un canto intenso pero no resulta ruidoso.

Pueden imitar sonidos pero es difícil que aprendan a hablar como otros loros.

Dependiendo de la forma en la que cante, podemos saber cómo se siente nuestro agapornis. Normalmente sus sonidos siempre indican felicidad y buen humor, por lo que si le oyes silbar y cantar, ¡puedes estar seguro que está totalmente feliz!

Por otro lado, puede hacerlo durante muchas horas seguidas al día si se siente contento y tranquilo.

E incluso puede llegar a erizar sus preciosas plumas de la cabeza.

CUIDADOS DEL AGAPORNIS:

La jaula, el hogar de tu agapornis, no puede ser de cualquier manera.

Hay que comprar una jaula que sea de buena calidad, a fin de cuentas, será dónde viva el ave durante toda su vida.

Empecemos por el tamaño:

Se suele decir que “cuánto más grande mejor”, pero tampoco hay porque “irse a lo más grande”.

Para una pareja, por ejemplo, la jaula tendría que ser de 1 metro de largo, 0,5 metros de ancho y 0,5 metros de alto.

Por lo que para el caso en el que se va a tener una sola tiene que ser una jaula de 0,5 metros de largo y 0,47 metros de alto y de ancho.

Pero lo mejor es que sea una pensada para dos aves, porque así el agapornis tiene suficiente espacio para volar.

Además, las jaulas siempre tienen juguetes y otros entretenimientos dentro, por lo que se acaban haciendo pequeño.

La forma de la jaula es tan importante como el tamaño:

No debe ser redonda, ya que esto les provoca inseguridad al no tener un punto de referencia con el que sentirse tranquilos, puesto que todos los puntos de la jaula son iguales.

Tampoco tiene que ser una jaula con forma de casita, ya que al estar fabricadas en su mayoría por plástico, esto imposibilita que puedan trepar por las paredes.

Así que, la mejor opción es una jaula rectangular con barrotes horizontales para que se puedan agarrar con las patas o el picos.

La distancia entre los barrotes no debe ser de más de 1,5 cm, evitando así que puedan meter la cabeza entre ellos y morir por asfixia.

Por lo menos la jaula tiene que tener dos puertas:

Una para que se les pueda administrar el agua y la comida, mientras que la otra será para que tengan un nido en el exterior si se fuera dedicar a la cría o para que el ave pueda salir a estirar las alas cuando lo desee.

Los comederos es mejor que se rellenen desde el lado de fuera, puesto que si se hacen por dentro se les puede dar una ruta de escape de la jaula.

Con el agua sería lo mismo, comprando un tubo de plástico con el que pueda beber el animal, especialmente en verano.

Existen muchos debates sobre la rejilla inferior en las jaulas de los agapornis.

Es cierto que si está no existe, es más fácil de limpiar, pero también hace que estos animales coman la comida que se les haya caído al suelo, la cuál puede estar contaminada por sus heces, lo cuál no es nada recomendable.

En el fondo de la jaula hay que poner algo que permita que sea fácil de limpiar, como papel de cocina o de periódico, junto con tierra especial para aves o maíz triturado.

No hay que usar nunca tierra para gatos, puesto que su poder de absorción podría secar el buche del ave ni tampoco usar papel perfumado.

Los agapornis son animales muy activos y necesitan mucho espacio para vivir cómodamente.

Consíguele una jaula muy amplia, de al menos 60 centímetros de alto y de largo, aunque cuanto más grande mejor.

Intenta que esta sea de metal y los barrotes sean horizontales para que pueda escalar.

Coloca perchas de distintos grosores a diferentes alturas para que pueda saltar de una a otra (es 100% aconsejable para que se mantenga activo).

También proporciónale juguetes para entretenerse y divertirse: cuerdas, columpios o ramas para picotear.

Algo muy importante es que no le gusta la soledad, por lo que debes buscarle una pareja para que no viva solo.

Pero nunca pongas un espejo en la jaula, ya que el animal puede confundir su reflejo con el de otro agapornis e intentará relacionarse.

Para conseguir que conviva con un nuevo inquilino sin problemas lo mejor es colocarlos durante las primeras semanas en jaulas individuales, una al lado de la otra, para que puedan verse y acostumbrarse sin que haya peleas.

El mayor error que comenten la mayoría de dueños primerizos es llenar la jaula con una gran cantidad de juguetes, lo que en verdad hace que los animales tengan muy poco espacio en el que moverse ya que la jaula acaba muy llena.

Por eso hay que comprarles solo un par de juguetes, como una cuerda o un columpio.

Al contrario que otras aves se les puede poner un espejo, pero no es beneficioso para el ave, ya que se sienten atraídos por si mismos al creerse que de verdad tienen un compañero en la jaula y no se querrán separar de él.

Agapornis o lovebirds, los pájaros del amor. - Imagen 5

LIMPIEZA DE LA JAULA Y EL AGAPORNIS:


Los agapornis son aves muy limpias, y se puede comprobar viendo como cada dos por tres están acicalando sus alas.

A fin de cuentas son bastante coquetos.

Por eso les gusta vivir en jaulas que sean muy limpias.

Una vez por semana hay que desinfectar por completo la jaula, incluyendo los barrotes y los juguetes, usando una bayeta (exclusivamente para esta tarea) con agua templada con un poco de lejía diluida.

Luego hay que enjuagarla para evitar que queden restos y secarla con un paño o una toalla.

En cuánto al ave, lo normal es que se limpie él solo las plumas, pero se le puede poner una taza grande, o un cuenco de gran tamaño, con agua para que se dé un baño y él solo se lavará.

No le suele gustar mucho que sean los humanas quienes lo limpien, así que es mejor dejar que lo haga él solo.

SITUACIÓN DE LA JAULA:


Porque tiene que estar situada en un lugar dónde no pasen corrientes de aire, es decir, no debe estar cerca de puertas ni ventanas ni en balcones, como erróneamente hacen muchos.

El lugar indicado es que la jaula esté en un lugar donde dos partes de la misma estén pegadas a la pared, lo que le dará una sensación de seguridad al ave, que esté libre de humos y de luces que le puedan directamente.

En cuanto a las estaciones del año más fuertes, evita exponerle a temperaturas extremas en verano y corrientes de aire en invierno. Necesita vivir en una temperatura de entre 18 y 25ºC.

Por esa razón, es la mascota ideal para vivir dentro de nuestro hogar.

Recuerda protegerle siempre del frío colocando su jaula en un lugar seco, libre de corrientes y evitando que se moje.

La alimentación también es clave para poder mejorar su plumaje y protegerse en invierno. ¡No te olvides de proporcionarle calcio!

Por último, no te olvides de facilitarle un plato o bañera con agua para que pueda asearse. Y sobre todo no te dejes su bebedero y comedero.

Con cuidados óptimos, el agapornis puede vivir hasta 15 años.

Agapornis o lovebirds, los pájaros del amor. - Imagen 6

ENFERMEDADES QUE PUEDE TENER UN AGAPORNIS:


Los agapornis no están libres de enfermedades.

Algunas pueden ser mortales, pero otras, si se detectan a tiempo, pueden curarse en unos pocos días.

  • Acariasis respiratoria: El ave respira cansado, le raspea la garganta y tiene las plumas alborotadas. Por norma general se debe a unas ácaros que anidan en las mucosas de la garganta. Se puede curar fácilmente con unos antibióticos.
  • Catarro: El catarro común le dificultará respirar, emitirá mucosas por sus orificios nasales y tendrá las plumas alborotadas. Si ha pillado un catarro, es porque se encuentra en una zona con fuertes corrientes de aire.
  • Asma: Respirará fatigado y se sentirá abatido. Esto se debe a que se encuentra en una zona de la casa con demasiada humedad o que hay bacterias u hongos en su comida. Lo mejor es mezclarle antibióticos con los alimentos para que se recupere.
  • Disenteria: Empezará a soltar heces blandas, sus movimientos serán brucos, pero con desgana y es posible que picoteen la comida de forma agresiva en los casos más graves. Se puede producir por que consuma alimentos que estén en mal estado o un exceso de frutas o verduras que estén demasiado maduras.
  • Coccidiosis: El síntoma más común es que sus heces tengan sangre debido a unos parasitos que le han contagiado. En estos casos hay que desinfectar la jaula y los alimentos antes de que los vaya a comer.
  • Colibacilosis: No tienen hambre y suelen pasar el día durmiendo y cualquier cosa les sienta mal. Puede ser una enfermedad mortal, por lo que hay empezar a darle antibióticos cuánto antes.
  • Enteritis: No tendrá apetito por culpa de la inflamación intestinal, pero si mucha sed. Tendrá unos parásitos en el organismo por culpa de haber ingerido comido alimentos en mal estado o por un estrés emotivo. Hay que darle antibióticos con el agua para ayudarle a expulsarlos.
  • Muda anómala: De pronto comenzará a tener partes del cuerpo desplumadas, con un plumaje deformado y alborotado. En estos casos hay que darle alimentos con muchas vitaminas. Suele ser común por sentirse solos o haber perdido a su compañera sentimental.
  • Parásitos externos: Ácaros, piojos u otro tipo de parásitos se le verá por los plumajes. En estos casos hay que limpiar bien la jaula y darle un lugar dónde limpiarse al ave.
  • Pulmonía: Respirará con dificultad debido a la mucosidad en los orificios nasales. Al igual que el catarro, se produce por tener la jaula situada en una zona con fuertes corrientes de aire. Hay que darle antibióticos y vitaminas para ayudarle a recuperarse.
  • Psitacosis: Es una enfermedad poco común hoy en día, de origen vírico, pero que en algunas ocasiones se da. No tiene cura y es mortal también para el humano. El ave estará nerviosa, con mucho sueño, no comentará no beberá y tendrá fuertes ataques de diarrea.
  • Picaduras: Si hay muchos mosquitos en la casa no será extraño que el ave presente algunas picaduras. En estos casos hay que colocar algunos protectores en la jaula para evitar el paso de los mosquitos. Si el ave ha sufrido picaduras, hay que aplicarle una pomada especial en la zona afectada.
  • Salmonelosis: Aunque parecerá que esté flaco, su vientre estará muy hinchado, su respiración será afanosa, tendrá mucha sed, pero pocas ganas de comer. Hay que suministrarle antibióticos y vitaminas de tipo B con la comida.

ADIESTRAMIENTO DE LOS AGAPORNIS:


Algunos llaman, con bastante acierto, al agapornis “perrito con plumas”.

No es para menos, ya que estos animales son bastante listos y se les puede adiestrar, con bastante constancia en el entrenamiento, para que puedan aprender algún que otro truco que enseñar a los invitados.

No hablará tan bien como otros loros, pero si que es posible que cuando lo llames vaya hasta a ti, te quite el lápiz con el que estés escribiendo o beba agua de uno de los vasos de la mesa.

Incluso que se suba a la cabeza para picotearla cariñosamente (algunas personas les dan de comer directamente de ella).

El adiestramiento de este ave debe empezar a temprana edad, cuando tienen unos dos meses o tres, más o menos.

Es la etapa dónde más está listo para aprender algo nuevo.

Eso sí, hay que tener en cuenta algunas cosas:

  • Aunque le pueda interesar mucho aprender trucos nuevos, es posible que el ave se termine aburriendo de hacer lo mismo una y otra vez, por lo que si se nota que ha perdido interés en el ejercicio, lo mejor es dejarle tranquilo.
  • Cada día hay que dedicarle un par de sesiones al entrenamiento, con mucha paciencia, puesto que al principio costará que haga caso.
  • Hay que premiarlo siempre que haya hecho algo bien con un snack o su comida favorita. Pero para que le resulte más “especial”, tiene que ser algo que coma solo de vez en cuando. Una golosina que como mucho le des un par de veces a la semana, lo que le hará esforzarse el doble para comerla.
  • Cuando empiece el entrenamiento, la sala en la que entrene debe estar cerrada, para evitar que se escape por la ventana o por la puerta.
  • No hay que forzarlo a hacer lo que no quiere. Aunque ya tenga un vínculo con su dueño, puede ser un poco reacio a probar algo nuevo por mucho que le llame la atención.
  • Es posible que te picotee durante los primeros días del adiestramiento. En este caso hay que decirle “no” y meterlo de nuevo en la jaula, para que aprenda que eso no es algo que pueda hacer cuando quiera.
  • Lo normal es que a esta ave el truco que se le enseñe sea el de subir al dedo o ir a comer de la mano. Al principio esto hay que hacerlo dentro de la jaula, pero cuando el ave tiene ya cierta confianza y se deja sacar subido al dedo del dueño, se puede empezar a probar que este acuda al oír el nombre. Al principio habrá que estar cerca de la jaula, y luego, poco a poco, ir alargando la distancia, para que se acostumbre a ir nada más oiga su nombre. Si lo consigue, hay que recompensable con la golosina que más le guste.

Entre otras cosas se le puede enseñar a ir a la mesa para que coma con el resto de la familia o con los invitados, incluso que haga alguna pequeña jugarreta para captar la atención de los que estén en la casa.

Eso si, bajo ningún concepto hay que cogerlo a la fuerza, puesto que esto le hace perder confianza.

Si empieza a sobrevolar la sala, hay que dejarlo que sea el mismo quien regrese a su jaula.

Agapornis o lovebirds, los pájaros del amor. - Imagen 7

TODO LO QUE NECESITAS SABER PARA CUIDAR BIEN A TU AGAPORNIS:

Es importante no pasarse dándole golosinas, ya que engordan con facilidad.

Hay que acostumbrarles a que un beso, una caricia o una alabanza también pueden ser un premio.


Al intentar adiestrarlo es importante que los entrenamientos no superen los 20 minutos, para que no se agote.

Con que practique 20 minutos al día, estará feliz con el dueño.

Es posible que, si intentas darle de comer de la mano, al principio te picotee.

En este caso no hay que apartar la mano, ya que entenderá que su pico es su arma y lo podría usar para atacar.

Al establecer un vínculo con el ave, como tocarlo, hay que estar tranquilo, ya que detectan el nerviosismo y esto hace que también se pongan nerviosos.

No hay que gritar nunca a un agapornis ni tampoco hacerle daño, pues esto genera miedo y desconfianza.


Debe pasar por lo menos 22 horas dentro de su jaula, para que no se acostumbre tanto al exterior.

Está bien dejar que salga de la misma, pero que sea solo para comer de tu mano o para enseñarlo a los amigos cuando esté adiestrado.

Agapornis o lovebirds, los pájaros del amor. - Imagen 8

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