MARÍA VICTORIA DE LA FUENTE.
Su éxito se vio reflejado en los diferentes premios que recibió durante su trayectoria profesional, entre los que destacan la medalla de oro Castelao, el primer Premio de la Crítica del Ateneo de Madrid, así como numerosas medallas recibidas por sus exposiciones. Integrante de la Real Academia Nuestra Señora del Rosario, participó en la Bienal de Venecia.
Hija del arquitecto Genaro de la Fuente y amiga de figuras como Laxeiro, Cristina Mallo o María Antonia Dans, dedicó toda su vida a la pintura.
Sus últimas exposiciones se realizaron en la galería Atlántica de A Coruña, en la Casa de Galicia de la Xunta en Madrid, y en el Museo de Pontevedra.
El aula magna de una facultad de ciencias de la Universidad de Santiago alberga un significativo mural, que realizó en los años cincuenta, y que forma parte del patrimonio artístico gallego.
María Victoria estuvo estrechamente ligada al proyecto de la Fundación Torre Pujales, en el que participó con entusiasmo desde el comienzo, aportando opiniones y criterios.
EL GATO EN EL SILLÓN (1986):
Muestra el mundo de silencios que tantas veces refleja, estamos ante una pintura en la que interesa el estudio de calidades: la tela del sillón, el pelo del gato, etc., y todo ello presentado en un ambiente oscuro que nos hace intuir la existencia de los que nos muestra más que su propia realidad.
Sea un gato el animal que elige, ya que es el más solitario y pensante entre los domesticados, lo que resulta acorde con sus gustos de discreción e inteligencia.
Considerando el protagonismo que la pintora le asigna cabría incluirlo en la categoría de retratos, como un pensador de otra especie que ha tenido un descuido en la penumbra dejándose atrapar en lo más íntimo.