La nariz de tu perro siempre está funcionando, olfateando algo dentro de la casa o rastreando algún aroma en la calle.
No importa lo que estén haciendo, los perros, siempre están usando su olfato, algo que hacen para complementar su visión del mundo que les rodea.
El olfato canino es unas mil veces más sensible que el humano, ya que puede percibir todo lo que está a su alcance, incluso cosas que una persona es incapaz de ver.
Para hacernos una idea, un perro tiene más de 220 millones de receptores olfativos en la nariz, mientras que los humanos sólo tienen 5 millones.
La nariz de tu perro habla sobre su salud y te avisa cuando es necesario ir al veterinario.
La Trufa es el lugar en el que se reúnen millones de sensores olfativos que ayudan a la mascota a disfrutar de su día a día.
Los que viven junto a un perro en casa están acostumbrados a que, cuando salen de paseo, lo olfateen todo.
Es normal, es parte de su diversión y les sirve para reconocer olores, situarse en nuevos destinos, identificar amigos que hayan pasado antes por allí, etc.
Esa capacidad olfativa de los perros tiene una explicación científica: poseen millones de receptores en la nariz que envían al cerebro toda la información que reciben a través del olfato.
Los perros son capaces de detectar el cáncer en humanos sólo a través de su olfato.
Pero la nariz, también nos puede decir mucho de la salud de nuestra mascota.
Casi siempre está húmeda, lo que le ayuda a procesar los olores con más rapidez, pero el hecho de que esté seca poco es, obligatoriamente, un grave problema.
Los perros pueden detectar la presencia de tumores en la próstata a través de la orina.
La mayoría de las personas que tienen una mascota por primera vez se preguntan porqué la trufa de su perro está casi siempre húmeda: la respuesta hay que buscarla en las glándulas de los canales nasales, que secretan mucosidad y fluidos que humedecen la parte externa de la nariz.
El perro la lame habitualmente por esa mejora para percibir los olores de su entorno.
El conducto lacrimal del cachorro está trabajando constantemente, produciendo lágrimas para lubricar los ojos.
En las ocasiones en las que hay exceso de lágrimas, pueden caer hasta la nariz del animal, algo similar a lo que, ocurre con los humanos al llorar.
Cuando estos líquidos se evaporan se enfría la nariz, ayudando a regular su temperatura corporal central.
¿Porqué la nariz se calienta o se seca algunas veces?
Puede deberse a varios motivos:
- Por la mañana está seca por la simple razón de que el animal ha pasado varias horas dormido y no se lamido la trufa.
- El viento o el sol la hayan resecado, algo que sucede sobre todo en perros mayores.
- Que tenga fiebre, pero suele ser algo poco habitual.
Gary Weitzman, autor del libro "Guía completa de la salud, el comportamiento y la felicidad de la mascota", explica que hay que buscar ayuda veterinaria si se nota aspereza o sequedad pronunciadas en la nariz del perro o se ve que la piel está agrietada o sangrando.
Una nariz caliente o seca no tiene porqué ser alarmante: pero si ese estado se extiende en el tiempo, lo mejor es visitar al veterinario.
Puede ser por culpa de una simple deshidratación, pero también por alergia o un problema autoinmune.
En casos más graves, además de en la trufa, también se notarán otros síntomas como pérdida de energía y apetito o pérdida de peso.
Weitzman apunta a que "esos cambios sí son signos de un problema de salud, lo mismo que si nuestra mascota bebe significativamente más o menos agua de lo habitual".
Una visita al veterinario puede ahorrar problemas futuros.
Si vemos que hay algún problema en su piel, su pelo o las uñas, o alguno de esos síntomas acompaña a una nariz más caliente y seca de lo normal, lo mejor es acudir al especialista para que examine en profundidad a nuestra mascota.
El olfato de los perros salva vidas y atrapa a ciberdelincuentes.
El olfato es el sentido más desarrollado de nuestros mejores amigos.
Para el ser humano ha sido útil desde que comenzó a emplear perros para la caza, pero en el siglo XXI han surgido nuevas aplicaciones.
El perro de Paul Jackson, Tinker, parecía que tuviera ataques de locura transitoria.
Sin motivo aparente comenzaba a llorar, lamerle la cara a su dueño e incluso llorar.
Paul es diabético, y con el tiempo se dio cuenta de que el animal sólo actuaba de esa forma antes de que su dueño sufriera un ataque hipoglucémico.
Su mejor amigo era también un preciso test de glucosa con patas.
Tinker fue reconocido en 2009 como el primer perro capaz de detectar los ataques en pacientes de diabetes.
Aunque el animal falleció ese mismo año, sentó las bases para que en Reino Unido se presentara un programa destinado a entrenar más animales como él.
Que tu mascota te avise con media hora de antelación de un ataque siempre es útil. pero especialmente para los más pequeños.
Un niño de dos años es incapaz de saber lo que le ocurre y avisar a un adulto, por lo que este olfato prodigioso puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Resulta difícil comprender cómo un animal puede diferenciar por el olor de la sangre el contenido de azúcar anormal, excesivamente alto o bajo.
Tan complicado sería entenderlo como explicarle los colores a quienes no pueden verlos: así como el ser humano es un animal visual, la evolución ha favorecido más los sentidos del oído y del olfato en nuestras mascotas.
Se han comenzado a utilizar perros para encontrar componentes electrónicos como ordenadores o discos duros que puedan contener información relevante.
El bulbo olfativo es el órgano responsable del sentido del olfato, y el de los perros es unas cuarenta veces más grande que el del ser humano, en proporción al tamaño del cerebro.
Se ha utilizado al perro para cazar desde tiempos inmemoriales.
Son famosos los perros policías capaces de encontrar rastros de sangre, fluidos corporales, cadáveres y drogas.
También los perros son entrenados por el ejército para la detección de explosivos y armas.
El olfato de los perros tiene un sinfín más de aplicaciones.
La Diabetes no es la aplicación médica del olfato de los perros, porque el cáncer tampoco escapa a su olfato.
Varios estudios han demostrado cómo estos animales pueden detectar el cáncer de vejiga, piel, pulmón, mama, ovarios e intestinos entre otros.
La clave se encuentra en ciertos compuestos del aliento que los perros serían capaces de reconocer.
A diferencia de los que sucede con animales como Tinker, todavía está por ver si nuestras mascotas pueden desarrollar sistemas de detección que imiten al olfato perruno, no parece muy práctico sustituir las técnicas de diagnóstico moderno por un animal.
Los perros también pueden detectar agentes biológicos peligrosos, desde termitas a chinches.
Cazar insectos milimétricos es sorprendente, casi imposible parece que puedan oler microorganismos.
Un estudio asegura que Clostridium difficile, bacteria responsable de algunas infecciones hospitalarias bastante graves, tampoco escapa a su escáner.
Los animales del experimento no sólo pudieron identificar a aquellas personas infectadas, también parecían capaces de detectar el microbio en el aire.
La habilidad para encontrar a otros seres vivos por el olfato también ha sido empleada satisfactoriamente por conservacionistas.
No sólo para atrapar a criminales que trafiquen con especies protegidas, sino para rastrearlas en sus hábitats naturales y censarlas, a partir de sus heces.
El olfato de los perros no sólo se limita a los aspectos más biológicos: también pueden seguir el rastro de componentes tecnológicos.
Esa habilidad ha sido utilizada para controlar el contrabando de móviles en las cárceles e incluso para encontrar ordenadores con material sensible como pornografía infantil.
Tarjetas de memoria, discos duros e incluso Ipads resultan imposibles de esconder de las narices de uno de estos animales entrenados.
El Campo de la detección electrónica es relativamente reciente: de momento sólo existen tres animales en todo EE.UU capaza de hacerlo.
La trufa es el lugar en el que se reúnen millones de sensores olfativos que ayudan a la mascota a disfrutar de su día a día.
Debido a este sutil sentido del olfato, también hay algunos olores de alimentos o productos que pueden resultar muy molestos para ellos por la intensidad con la que los perciben.
Es mejor que los mantengas fuera de su alcance, estos productos son:
GUINDILLAS:
Las guindillas producen que el perro odie su olor y es muy probable que salgan corriendo.
Esto se debe al cápsico que se encuentra en la semilla y le da el toque picante a la guindilla.
Puede irritar sus fosas nasales, a pesar de que no tenga ningún compuesto químico que pueda ser perjudicial para el animal.
ESPECIAS MOLIDAS:
Tampoco soportan el potente y duradero olor de las especias molidas.
Las que más odian son la canela, la nuez moscada, la mostaza, el jengibre y la pimienta de cayena.
CÍTRICOS Y EL VINAGRE:
Si para nosotros el vinagre tiene un olor desagradable, en los perros puede generar asco.
Mucha gente utiliza el vinagre para acotar zonas donde no quieren que los perros hagan pis o se acerquen.
BEBIDAS ALCOHÓLICAS:
El olor que desprenden las bebidas alcohólicas tampoco es agradable para los perros.
Cuantos más grados de alcohol tenga la bebida, más lejos verás a tu perro y es que esto les produce cierta irritación en las fosas nasales.
PERFUMES Y ESMALTES DE UÑAS:
Irritan las fosas nasales de los peros y les generan estornudos y picores, ya que usan una gran cantidad de químicos, como puede ser la acetona.
Estos olores resultan muy molestos para ellos por la intensidad con la que los perciben.
PRODUCTOS DE LIMPIEZA:
Son muy molestos y les pueden llegar a producir irritaciones agudas en las fosas nasales y en el esófago, por lo que tenemos que mantenerlos bien lejos de nuestra mascota para evitar riesgos que afecten a su salud.
En Glu Glu Pet próximamente , tendremos productos de limpieza para tu hogar, totalmente naturales y que no afecten a tus mascotas, para nosotros es muy importante su salud y bienestar.